
Un estudiante vino nuevo en 3º de la ESO, se llamaba Óscar y provenía de L’Avenç. Adrià y yo, que nos sentamos con él durante los primeros meses, lo estuvimos orientando y situando por el colegio la primera semana.
La adaptación de Óscar no fue difícil, se llevó bien con todos desde el primer día.
Sus compañeros de bromas solían ser Adrià y Santi, con quien hizo buenas migas desde inicios de curso, ya que con Santi tenían en común el hecho de que ambos eran nuevos y al principio no conocían a nadie, siempre que veían una oportunidad no dudaban en llevar a cabo una de sus repentinas bromas, casi siempre con el propósito de hacerse los graciosos como de costumbre ridiculizando a un tercero.
En una ocasión, Santi le cogió la crema de cacao a Gonzalo, con quien compartía mesa, creyendo que era una barra de pegamento, al darse cuenta que lo que en realidad era lo lanzó y cayó al suelo, Judith lo cogió y al lanzarlo ella, quedo enganchado en el techo, y allí se quedo.
Se apresuraron a sacarlo antes de que Marga, nuestra tutora, volviese de hacer unas fotocopias.
No conseguimos sacarlo, entonces quién vigilaba en la puerta avisó de que Marga estaba volviendo, corrimos todos a nuestro sitio disimulando tratando de evitar el que Marga lo viese; al entrar ella lo primero que hizo fue preguntar: ‘’ ¿Cómo ha llegado eso allí?’’, todo miramos sorprendidos al techo como si no supiésemos nada del tema, hasta que vimos que Marga se estaba enfadando y entonces fue cuando Judith admitió que había sido ella.
En la mayoría de trastadas acababan siendo pillados.
Una cualidad suya era que se acostumbraba a poner apodos a la gente, a mi me puso todo tipo de nombres; alejota, ajelota, aje, ajo… etc. Un apodo por el que empezó llamándome él y acabo llamándome así todo el mundo.
3 º de la Eso pasó rápido, perdimos un poco el contacto en verano, pero al retomar el curso en septiembre todos más mayores y maduros parecía que nos conociésemos de toda vida, todo el mundo lo sentía, la verdad es que nos hicimos muy amigos con él.
A medida que el nuevo curso transcurría nuestra confianza aumentaba cada vez más, compartimos momentos inolvidables, algún fin de semana salimos juntos incluso celebramos su cumpleaños junto con el de Cristina, ya que se llevan tan solo 2 días.
Con el manejo que tenía Óscar con los ordenadores, este año en el que adquirimos un portátil cada uno, todo el mundo acudía a él en el caso de que tuviese algún problema.
Adrià, Santi y Óscar seguían haciendo de las suyas, accidentalmente a la puerta de nuestra clase, ahora 4º de la ESO, se le tuvieron que cambiar en varias ocasiones los vidrios, ya que los minutos antes de entrar en formación nos solemos sentar en el pasillo respaldados en la pared y si no queda sitio en la puerta de la clase, y es por esto por lo que suceden accidentes como los de este tipo, al igual que a la ventana de 4º B pero en aquella vez fueron Álvaro y Borja, creo recordar que estaban peleándose en broma y de un golpetazo se hicieron un grieta en la ventana.
En los campos era constante el hecho de que se colgasen las pelotas de fútbol tanto en el bosque como en la casa de al lado del campo en el que solían jugar los de la clase.
Un día llovió tanto por la noche que al día siguiente cuando estábamos en clase de gimnasia nos dimos cuenta de que de los baños de los campos salía mucha agua, esa agua provenía de arriba de la montaña, Jordi nos dijo que probablemente era por el hecho de que el depósito de agua se había llenado tanto que acabó rompiéndose. En las paredes del baño empezaron a aparecer grietas por el hecho de que las tuberías estaban a rebosar de agua y parecían a punto de cesar.
El agua bajaba por la pendiente por la que tantos niños se han caído bajando corriendo al finalizar la hora del recreo para no llegar tarde a clase. Llegó hasta la mina y cruzo la reja negra en la que cada tarde es allí donde los padres van a recoger a sus hijos de infantil.
Queríamos cesar el recorrido del agua por lo que Alfonso y Óscar, junto con Adrià idearon una pequeña maniobra para cambiar el sentido del recorrido del agua. Mediante piedras crearon un camino que iba desde el baño hasta las alcantarillas de los campos que están situadas debajo del puente. Una vez lo lograron, el agua siguió su nueva trayectoria y nosotros llegamos un par de minutos tarde a inglés por el hecho de salvar la mina de una posible inundación.
Hemos vivido demasiadas cosas juntos pero la que jamás olvidare será la de hace un par de semanas en clase de Francés. Evarista es nuestra profesora y tiene muy poca paciencia, Óscar la suele sacar de quicio constantemente, ella lo ha intentado todo, lo ha castigado a pasar la clase en su mesa, un día que no paraba de hablar le dijo que si no quería seguir la clase que se pusiese un semáforo rojo y ella entonces no le dirigiría mas la palabra, y Óscar tuvo las narices de dibujarse un semáforo rojo y pegárselo en la camiseta.
Hasta que un día Óscar logro colmar su paciencia. Se trajo el ordenador un día que no tocaba y lo encendió, no era la primera vez, Evarista no soportaba que le llevase tanto la contraria, así que ese día no estaba para más tonterías. Se dirigió hacia él y le saco el ordenador, lo dejó encima de su mesa y continuó la clase.
Óscar no soportaba el hecho de que le tocasen su ordenador y menos la profesora a la que tenia mas manía, así que sin pensárselo dos veces camino hasta su mesa y le pregunto si podía devolvérselo, ella obviamente dijo que no, pero Óscar quiso interpretarlo como un sí y se llevo el ordenador de vuelta a su sitio. Evarista perdió los estribos y le pego un grito y lo mandó fuera de la clase, Óscar resignado por haberse quedado sin ordenador se dirigió hacia el pasillo regañadientes seguido de un portazo.
Evarista quiso hacer una broma con su ordenador fingiendo que lo tiraba por la ventana, cuando se arrimo lo suficiente una bandada de pájaros le pego un susto y lanzo el ordenador por los aires afortunadamente hacia el interior de la clase. Fue tal el susto que de la fuerza que hizo, el ordenador dio un golpe en el techo dejando una muesca, cayendo al suelo produciendo un gran estruendo.
Óscar está superando este mes sin ordenador, ya que este sigue en fase de recuperación en manos de Juan Ramón.
En mi opinión, a simple vista viendo la imagen y leyendo el título ya parece una historia divertida: “Las locuras de Óscar” y un agujero en el techo.
ResponderEliminarCreo que la historia es buena, a lo mejor el principio es muy largo, pero está bien escrita y es entretenida. La idea es buena ya que utiliza personajes que conozco y eso me ayuda a entender mejor el texto, ya que muchos de los personajes, como Judith y Cristina, no los presentas. También es más gracioso si uno sabe que lo que narra el texto es cierto y, aún más si las personas que lo salen en él amigos suyos.
Las expresiones y las descripciones están muy bien hechas.
Si tuviese que poner una nota pondría un 8.
¡ENHORABUENA!