viernes, 15 de mayo de 2009

NO TOCAR

Era un día soleado de 1940, el colegio Montserrat estaba vacío, esperando a que llegáramos otra vez, como cada año, a darle vida.

Estaba nerviosa ya tenía 14 años, y este iba a ser un gran año, esperaba que el chico del que había estado enamorada desde que tenía uso de razón, se decidiera por fin a acercarse a mí. Me vestí rápido pero le dediqué mucho tiempo a mi cabello, me coloqué un pasador con forma de mariposa que me había regalado mi fallecida madre, era lo único que me quedaba de ella, ya que cuando vivíamos en la antigua casa hubo un incendio y todo se quemó, así que lo único que quedó fue el pasador. Cuando estaba lista para salir, le dediqué una gran sonrisa a mi padre, salí por la puerta, cogí la bicicleta y me dirigí a la escuela.

Cuando llegué y vi a toda esa gente tan feliz al igual que yo por entrar, pensé que ese sería el mejor año de todos los que había pasado en la pequeña escuela de la calle Mayor. Entré en la clase y vi a mi gran amiga del alma, Bethany, me senté a su lado y el señor Fraid entró por la puerta y como siempre empezó a gritarnos a todos, y por supuesto a decir que éramos unos vagos... Nos presentaron a los alumnos nuevos de este curso, una chica llamada Amanda, muy mona, pero algo repelente, también se presentó un chico llamado John, que me pareció un chico de esos que aman el deporte, que tratan a las chicas como si fueran un trapo de usar y tirar y que no tocan los libros para nada y por último hubo un chico muy extraño que… tenía una mirada extraña, no dijo e hizo nada, creo que su nombre era Thomas, pero ni siquiera estoy segura.

El transcurso de la semana fue tranquilo, algo aburrido. El lunes por la mañana llegué muy pronto a la escuela porque me equivoqué de hora y me desperté una hora y media antes, y todavía no había llegado nadie. Las puertas estaban abiertas, así que decidí entrar y avanzar el libro que me había mandado la señora Ruppertsein. Cuando estaba en silencio leyendo “Cumbres borrascosas” oí una respiración que me inquietó mucho, empecé a asustarme, no podía ver quién era y cada vez, la respiración era más acelerada, en ese instante ese niño, Thomas salió desde un lado del aula, estaba pálido y tenía los ojos rojos, parecía como si hubiera estado llorando, me acerqué y le ayudé a levantarse, ni siquiera podía. Decidí llevarlo a su casa, cuando llegamos allí no había nadie, entramos y lo tumbé en su cama, le traje un trapo mojado para colocárselo en la frente, empezó a decirme que quería morir que odiaba su vida, y que ni siquiera tenía unos padres que le ayudaran a curar su sufrimiento. Tuve que irme, me sentía fatal por dejarlo pero no podía faltar a la escuela.

Cuando llegué a la escuela al día siguiente, vi una puerta en la que ponía “no pasar”, eso me intrigó así que entré de todas formas, entré en el aula, y vi a Thomas al lado del los interruptores de la clase, mojado completamente, metió los dedos en ellos y el chispazo fue tan rápido, que no puede ni verlo, corrí hacía el pero fue muy tarde, ese fue el final, Thomas murió el 14 de febrero de 1940. Desde ese día el aula está inhabitada y alguien se encargó de poner el cartel de “no tocar” encima de los interruptores que se llevaron su vida.

Cada día me sigue viniendo a la mente, antes de acostarme, el recuerdo de su rostro mojado y triste, penetrándome con sus ojos rojos. Me siento tan culpable por no haberle salvado la vida, no fui capaz de escuchar sus gritos de auxilio, porque fui una egoísta.

1 comentario:

  1. Hola Laura:

    Me ha gustado mucho tu historia muy entretenida!
    Al principio pensaba que iba ser una historia de amor parecida a 'Twilight' debido a que la joven lee ese libro de “Cumbres borrascosas” .Estaba intrigada por saber cómo relacionarías NO TOCAR (el título) con una historia de amor, me sorprendió muchísimo el final y me dejo un poco en shock.
    Creo que quizás para explicar la historia no hace faltaba los primero días de cole con uno ya hubiera bastado porque encontré que el principio era una poco largo y el final muy rápida. Pero he de admitir que ha creado un efecto interesante.
    Me he quedado con la intriga de porque se sentía tan mal Thomas, me gustaría que lo hubieras explicado!
    Creo que está muy bien y me lo he pasado muy bien leyéndomela. Ha sido una historia que me ha hecho sentir muchas emociones al principio reía, era muy divertida, pero después se volvía más oscuro, había un buen balance.
    Muchas Gracias por colgarlo en el blog, espero que tus comentarios sean tan buenos como tu historia.

    Besos

    Emma Raventos

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